lunes, 29 de junio de 2009

MARILYN READING....

MARILYN reading....
Y nada menos que "Ulysses" de James Joyce, pongase las pilas señores profesores..., busquen su "plan lector"... a.a.

jueves, 4 de junio de 2009

BOCAS PINTADAS DEL BARRIO ROJO/ ARMANDO ARTEAGA





BOCAS PINTADAS DEL BARRIO ROJO/ Armando Arteaga

¿Quienes son estas muchachas que caminan
por estas calles locas desnudas en pleno invierno
mostrando sus enormes glúteos, van en toda esta agonía
que cubre el cielo gris de esta ciudad sin nombre,
vienen por el otro lado sureño, traen un poco de rouge
en la cara, rimel en los ojos, las uñas pintadas de rojo
parecen leopardos listas al primer asalto de su presa
dan vueltas en el infinito torbellino de la nada
en este vértigo del tiempo, son bultos y desaparecen
bajo la lluvia, solas, de nuevo a sus casas, celulitis
edificios sucios, callejones, o ascensores viejos
y desarreglados, escaleras hacia ningún cielo:
las esperan las muecas duras y destempladas
de otros seres más marginales que ellas, tan hambrientos
como los tiburones llenos de sangre ajena, el puñal
por la espalda, las carcajadas, una tarde de cebollas,
ajos y emes, de carajos y dados que ruedan por el suelo
debajo de la mesa, infectados de colillas y escupitajos
sobre el aserrín de la vida, las maderas hechas polvo,
el bosque muerto de tus ojos, hombres muertos en vida
que las rodean como perlas infinitas y brillantes
sobre sus cuellos botticellianos, mujeres poliformes
y perversas para el sexo, perros lamiéndose el culo
ratas, cucarachas, niños-hormigas llevando
su pequeño terrón de azúcar, quiénes son
estos cuerpos lubricados y dulces que no representan
nada, apenas una risa que desemboca en la locura
o una imagen impostergable de dolor al fondo del oscuro
pasadizo donde espera el cansancio, la soledad, la muerte
sonriente, un minuto más
cambia la luz del semáforo, no hay tiempo, qué perder, huye
corre, olvida esta ciudad, cruza el puente
sigue la flecha del final de la noche,
sigue el tiempo rengo de la mirada y el aburrimiento:
no vuelvas la mirada hacia atrás
pinta de negro los ladrillos del barrio rojo,
allá quedó la impetuosa juventud
aquí va la otra orilla de la vida
la friega diaria de haber vivido
mirando la paja en el ojo ajeno
-no deseando a la mujer del carnicero-,
el aire mueve el trigo, la paja, te cambia las palabras,
estas bocas pintadas en qué sueño han vivido?.