MICRORRELATO
Imagen: Luis Armas
Ars brevis
EL CORRECTOR DE PRUEBAS * / ARMANDO ARTEAGA
El poeta Martín Adán pasó los
últimos días de su existencia acostado en una cama del Albergue Canevaro en el
Rímac, vecindario de la Alameda de Los Descalzos.
Martín Adán todos los días en las mañanas, después del desayuno, se volvía acostar en la cama, la enfermera le reclinaba la cama para que empezara la rutina del día: su lectura atenta de una Biblia con una enorme lupa. La Biblia de Jerusalén (1ª edición española de 1967). La traducción original francesa que fue realizada bajo la dirección de L’École Biblique de Jerusalén.
Este gesto casi excéntrico del poeta, sorprendía siempre al portero versta del Albergue, que una incierta mañana se acercó a la cama del poeta y le preguntó:
-¿Veo que Ud. es muy creyente,
siempre leyendo la Santa Biblia?.
-No soy creyente –le respondió
Martín Adán, al portero-.
-¿Entonces porqué lee tanto la
Biblia? –insistió el sorprendido portero-.
-Le busco errores ortográficos
–le respondió Martín Adán-. Ya le voy encontrando 22 errores ortográficos y 7
fe de erratas.
*Del libro “Los pobres diablos”. Premio Internacional de
Relatos Cortos 2010. Ayuntamiento de Tarragona. Cataluña. España.