domingo, 2 de junio de 2013

MAESTROS A LA TUMBA Y JOVENES A LA OBRA / ARMANDO ARTEAGA


NARRATIVA BREVE

MAESTROS A LA TUMBA Y JOVENES A LA OBRA

ARMANDO ARTEAGA




Post Mayo del 68. 6 de Agosto, día en la mañana que los estudiantes de Vanguardia Revolucionaria recordamos (es un decir) el nefasto aniversario  cuando  Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki sendas bombas atómicas,  y en el mitin con pancartas y carteles de Mao y del Che Guevara,  fuimos hasta el  Pabellón Central,  y quemamos un muñeco de Hitler.

El profesor y arquitecto Roberto S. Wakeham, quien realizó un impactante  análisis geométrico inicial de “Puruchuco. Investigación Arquitectónica“, hijo de descendientes alemanes nacido en Oxapampa, al mediodía,  estaba almorzando en la cafetería-snak de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería.  

Entonces, el alumno Julio Kuroiwa, que cantaba hermosas canciones de Okinawa,  en nuestras reuniones estudiantiles,  viene con su bandeja-almuerzo,  y se sienta al lado del  arquitecto Wakeham: Jefe del Área Tecnología Arquitectónica, profesor principal de Resistencia de Materiales. Mientras en las otras mesas, otros profesores y otros alumnos comensales departían y almorzaban amenamente conversando acerca del “Grupo Espacio”,  o de la revista Tramma, o de un pequeño ensayo  acerca de Gaudí  por  Paul Linder, el último alumno de la Bauhaus que enseñó en la Facultad.

El atrevimiento  de Kuroiwa fue castigado de la siguiente manera  por el profesor Wakeham,  enemigo de la doctrina educativa avanzada del libre albedrío (del suizo Johann Heinrich Pestalozzi: la mejor manera de ganar el tiempo es perdiéndolo), nada  de horizontalidad, partidario de la represión académica, ídem obispo de visión feudal, catecúmeno pro-nazi, contra la universidad critica.  Wakeham, defensor  del aprendizaje a través de la experiencia más que por el análisis,  muy suelto de huesos y relajado,  le dice a Kuroiwa:

- ¿Dónde has visto que un rinoceronte y un pájaro se sientan a comer juntos?

A lo que el alumno Kuroiwa le contesta:

- Bueno, entonces me tengo que ir  volando. Y se cambia de mesa.

El profesor "dinosaurio-rinoceronte", decide en el próximo examen "desaprobarlo" (“jalarlo”), pero el alumno responde con brillantez el examen. Entonces le hace la siguiente pregunta:

- A ver alumno Kuroiwa, usted está caminando por la calle y se encuentra con una bolsa, dentro de ella hay dos sobres. Uno contiene la sabiduría de Le Corbusier y otro mucho dinero, ¿cuál de los dos se llevaría?.

El alumno Kuroiwa responde sin dudar:
- ¡¡¡El dinero!!!.
- Yo, en su lugar, me habría llevado la sabiduría de Le Corbusier, ¿no le parece?
- Cada uno toma lo que no tiene. -responde el alumno Kuroiwa-.

El profesor  Wakeham ya bastante enojado, escribe en la hoja del examen:
- ¡¡Jalado!!!.* Y se la devuelve.

El alumno Kuroiwa toma la hoja de su examen y se sienta. Al cabo de unos minutos regresa al escritorio de la cátedra, se dirige al profesor Wakeham, y le dice:

- Profe!, ha “marcado”  mi segunda nacionalidad en la  hoja de mi examen, pero no  me ha puesto  la nota.

*Jalado: le decían en mi tiempo a los alumnos tusán (de descendencia china) y nisei (de descendencia japonesa), por sus ojos rasgados orientales: chinos o japoneses.