LA PLAYA / Armando Arteaga
Vivía yo en una playa solitaria
pretendía adquirir una suprema lucidez
para escribir un texto acerca de el ardid
desvelado de la vida,
por eso me fui a vivir en aquella cabaña
donde pasaba los días pescando y dialogando con el sol,
monarca de mis dudas,
el mar me acompañaba, igual una muchacha
me visitaba, me traía los cigarros lucky strike y los periódicos
todos los días,
llamábase Margarita, como una flor
amarilla, roja, violeta. Se fue perdiendo el brillo de los días:
el color, los extravíos de la natura,
los ojos se cansaron de tanto escrutar las cosas mustias,
ver pasar las cosas nautas,
sobre el espigón de una sola roca
esperando el impacto de las olas:
desapareció el vislumbre, el viso de lo vivificante.
Vivía yo solitario en una playa.
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